SI NOSOTRAS PARAMOS, SE PARA LA LUCHA. COMUNICADO DE LAS MUJERES DE LA COORDINADORA DE VIVIENDA PARA EL 8M
Las mujeres de la Coordinadora de Vivienda de Madrid nos convocamos a la huelga feminista y nos unimos a la manifestación del 8 de marzo. Formamos parte de un movimiento de base, asambleario y apartidista, compuesto por miles de personas que luchamos por un derecho básico: la vivienda digna. Más de tres cuartas partes de las asambleas las componen mujeres, y todas somos pobres o precarias.
Somos, pues, mujeres que hemos perdido el trabajo o tenemos uno tan precario que no nos permite llegar a fin de mes. Somos amas de casa, trabajadoras domésticas, limpiadoras, cuidadoras, camareras. Somos mujeres en paro, con niñas y niños a nuestro cargo, enfermas, solas, cuidadoras de personas dependientes. Somos mujeres militantes y madres de familia, hijas de mujeres enfermas. Somos mujeres mayores, sin familia o que siguen sosteniendo a su familia.
Somos mujeres migrantes, somos supervivientes de maltrato que demasiadas veces nos avergonzamos de decir que hemos escapado de nuestro agresor. Es decir: muchas de nosotras hemos sobrevivido al maltrato machista, y no sin antes haber sufrido el estigma de la sociedad, el machismo institucional y la falta de recursos judiciales y sociales para parar la violencia. Muchas veces seguimos soportando violencia económica por parte nuestras parejas o ex parejas para resolver nuestros problemas de vivienda.
Muchas somos discriminadas por partida doble, tanto por ser mujeres como por no tener derecho a un techo. A veces por partida triple, por ser también migrantes o mujeres racializadas. En muchas asambleas más de la mitad de las mujeres somos migrantes, en otros en su mayoría gitanas. Otras somos afroespañolas o hijas de migrantes, por lo que nos llaman extranjeras en el país en el que hemos nacido.
Nos hemos acercado a las asambleas a sabiendas que pronto no íbamos a poder pagar, ante la amenaza de desahucio, con ganas de organizarnos junto a otras. Y nos hemos quedado porque juntas nos sentimos más fuertes. No estábamos acostumbradas a luchar ni tampoco la sociedad esperaba vernos hacerlo. Éramos invisibles hasta que empezamos a luchar contra ese silencio que permitía que nos quitaran nuestro hogar.
Hemos conocido a compañeras que se convierten en amigas. Juntas hemos ganado juicios, parado desahucios, conseguido alquileres sociales, hemos compartido llantos y alegrías. Nos hemos abierto miles de casas para llenarlas de vida donde las administraciones solo nos enseñaban la puerta.
También juntas, intentamos el año pasado sacar adelante una Ley Urgente de Vivienda para Madrid: recogimos mas de 76.000 firmas. Después de la negativa del Partido Popular y Ciudadanos, este año intentaremos que se apruebe la Ley Estatal de Vivienda que hemos redactado junto a las PAH’s de todo estado.
Hemos conseguido llegar a lugares en los que nunca habíamos estado, ya sea por nuestra condición de mujer, de migrante, pobre o racializada. A día de hoy nos sentamos en sus despachos para decirles a la cara que no vamos a parar hasta conseguir una vivienda digna. Lo que desde la administración, la familia, las organizaciones políticas, los responsables de las instituciones y la sociedad en su conjunto nos decían que no se podía, juntas aprendimos que sí que podíamos hacerlo.
Hemos sacado a la esfera pública un problema que se quedaba en la esfera privada de cada casa, aislado como un problema individual. Lo hemos colectivizado y ya no nos da vergüenza. Queremos que lo mismo se consiga frente a la violencia machista en todas sus formas. Sabemos que queda mucho por hacer en este sentido, pero queremos que este 8 de marzo sea el punto de partida para hacerlo realidad.
Creemos que nos sobran razones para llamar a la huelga feminista y a la manifestación del 8 de marzo. Queremos dedicar ese día a nuestras compañeras de la lucha contra los desahucios en todo el mundo: a las mujeres en lucha por sus barrios, a las mujeres de los poblados chabolistas, a las mujeres refugiadas, a las mujeres que viven en la calle y a todas ellas que día a día, luchan por mejorar las condiciones de vida suyas, de sus familias y de sus comunidades.
Sin nosotras, no se paran los desahucios, y si nosotras paramos, se para la lucha.
Mujeres de la Coordinadora de Vivienda de Madrid por el 8 de marzo.
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