MANIFIESTO DEL MOVIMIENTO POR EL DERECHO A LA VIVIENDA DE MADRID – 8M 2021

Ante la emergencia social el feminismo es esencial


Desde el pasado 8M en 2020 hemos visto como la vivienda ha sido elemento central para la protección de la salud de la población frente a la pandemia y el virus COVID-19 y como las mujeres han sobrerrepresentado todas las esferas que sostienen la vida.

Este último año hemos podido ver con más claridad que las desigualdades estructurales nos atraviesan a mujeres y niñas nos afectan doblemente y más en una situación de pandemia como la actual.

Desde el movimiento por el derecho a la vivienda no hemos dejado de visibilizar que los desahucios y la desigualdad continúan presentes en el estado español y que el acceso y mantenimiento de una vivienda digna y adecuada, incluyendo la pobreza energética, nos afectan principalmente a nosotras, que representamos en un 70% los ámbitos esenciales para el sostenimiento de la vida (vivienda, sanidad y cuidados). Un ejemplo claro ha sido la lucha por el suministro de luz y sus viviendas de las mujeres de Cañada Real Galiana.

A pesar de las medidas establecidas por el gobierno para paralizarlos durante la pandemia a causa de la covid-19, los desahucios se han seguido produciendo y se ejecutan contra mujeres cuidadoras de otras personas mayores y pequeñas en un alto porcentaje.
La lucha contra las violencias machistas que ejerce este sistema patriarcal se manifiestan de diversas maneras y una de ellas son los desalojos forzosos sin alternativa habitacional.

Al verse atravesadas por la doble precariedad de no tener los mismos salarios que los hombres ni los mismos privilegios para acceder a una vivienda, el abuso económico que sufren muchas mujeres y niñas en defensa por el mantenimiento adecuado de sus viviendas, manifestación de la violencia machista sigue sucediendo, las avoca a situaciones de dependencia económica y, por tanto, al abuso de sus excompañeros.

A día de hoy, a pesar de la grave crisis habitacional y sanitaria, continuamos sin ninguna acción legislativa ni política de alcance sistémico para paliar la situación crítica y de emergencia habitacional que atraviesan cada vez más mujeres y niñas.

La propuesta de Ley de Vivienda Estatal debe recoger las aportaciones desde una perspectiva de género, aportaciones que el Movimiento de Vivienda, compuesto por personas grandes y pequeñas, en su mayoría mujeres, que son sujetos legitimados para defenderlos desde su propia experiencia, ya ha presentado y ha hecho públicas.

Estas personas que componen la lucha por la vivienda, junto con otros colectivos afines, exigen una ley URGENTE de ámbito estatal que garantice la protección del derecho de todas las personas a una vivienda digna y adecuada, tal y como se recoge en el artículo 47 de nuestra Constitución, asi como los suministros básicos, y que obligue a las administraciones públicas a cumplir con esta obligación.

Solicitando que:
– Ningún desahucio debe ejecutarse sin que se tenga en cuenta la situación concreta de la familia desahuciada y sin que las administraciones le proporcionen una vivienda alternativa que sea digna, adecuada y asequible.
– La administración debe estar obligada a proporcionar una vivienda adecuada y asequible a quien la necesite o responder ante los tribunales por negligencia en materia de derechos humanos.
– El parque público de vivienda debe ampliarse como mecanismo que equilibra el mercado y evita nuevas burbujas, pero evitando la fórmula de colaboración público-privada, que alimenta la especulación mediante la inyección de caudales públicos en las grandes constructoras: el potencial parque público de vivienda está ya construido y se llama SAREB.
– La especulación inmobiliaria o la tenencia de vivienda vacía de larga duración deben penalizarse como lo que son: usos antisociales, regulados también en la misma Constitución que supedita el derecho a la propiedad privada a la función social de la misma.
– Los precios del alquiler deben controlarse mediante una ley estatal de regulación de precios.

La mujeres que luchan en el movimiento por el derecho a la vivienda digna y adecuada luchan también por mantener las redes de apoyo entre mujeres que nos ayudan a sostener nuestras vidas y las de nuestras familias, sobre todo en los momentos más difíciles, como sobrevivir a una pandemia.
Es por ello también una lucha feminista, al empoderarnos nosotras y nuestros compañeros para mejorarnos la vida y para defender nuestros derechos más básicos desde nuestro propio protagonismo. Porque ha quedado demostrado que, ante la emergencia social, la vivienda digna es esencial.

#SinNosotrasNoSeParanLosDesahucios

Descarga el manifiesto en formato PDF AQUÍ.